Presos en libertad
Texto: Tayde Bautista
Fotos: Rocío Rojo
Artículo publicado en la revista Día 7 con el título "Presos en libertad" el día domingo 3 de agosto del 2008.
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La revista Día 7 se distribuye los domingos en distintos periódicos en todo el país, como lo es el Diario El Universal.
Agradecemos a las autoras su trabajo y compromiso con este proyecto. Namaste.
A continuación el texto completo:
PRESOS EN LIBERTAD
Texto: Tayde Bautista,
Fotos: Rocío Rojo
Mientras Rocío y yo cruzamos las puertas de seguridad del centro de readaptación Social (CERESO) en Atlacholoaya, Xochitepec imagino lo que encontraremos. Es mucho lo que se dice de los centros de readaptación social en México. Los delincuentes y procesados viven apilados, no se respetan las garantías individuales de los presos, la mayoría afirma ser inocentes y en suma, la sociedad no quiere saber de ellos: el sistema penitenciario se le observa con recelo. Es común escuchar la frase: Las cárceles en México son escuelas de delincuentes.
El sistema penitenciario es un tema arduo de analizar. Se habla de corrupción, de tratos humillantes y cuando se discute el tema de reinserción de los presos surge una gran interrogación: ¿Hay realmente una readaptación o reinserción? ¿Existen los medios para ello? Recientes estudios hablan de que el sistema penitenciario en México está en crisis y es difícil encontrar una solución.
En este caso, hemos llegado a este penal por una sola razón: las clases de yoga. De acuerdo con Ann Moxey, creadora del programa yoga en cárceles, ésta es una herramienta de control de adicciones que sensibiliza a las personas con su medio entorno. Se conocen los beneficios del yoga a diversos niveles: físico (incrementa el torrente sanguíneo, flexibiliza y fortalece músculos), mental (enfoca la mente en actitudes, desarrolla concentración) y espiritual (sensibiliza y crea entornos armónicos).
Por lo tanto, la práctica del yoga ¿podría ser una herramienta para la reinserción social de los presos?
El comienzo del yoga en Atlacholoaya
Es cierto que este CERESO no es como los demás, se dice que es un centro de readaptación tipo en América Latina, su construcción tiene cerca de 10 años. Una de sus características son los jardines y los espacios recreativos bien cuidados; un ejemplo es el sitio donde se montará una obra de teatro próximamente.
Llegamos antes de que amanezca, las clases de yoga comienzan a las siete de la mañana y para ingresar y pasar los controles nos pidieron que llegáramos media hora antes. Ann Moxey nos espera en la puerta. Lleva una manta de seda de colores pastel; los visitantes no pueden llevar ropa beige, negra, blanca. Lo primero que noto son sus ojos azules y grandes.
Ella es quien propuso este programa de enseñar yoga a los reclusos a Juan Miguel Calvo, hoy director técnico de este penal, hace cinco años. Salimos al área comunal donde se imparten las clases. Poco a poco, llegan los presos con un tapete al hombro (donado por una de las asociaciones a través de Ann). Algunos están vestidos de amarillo (sentenciados), otros de beige (procesados). Se alinean en fila.
Ann se coloca al frente, se sienta en el piso. “El ego es esa parte asfixiante de nosotros mismos. Nos convencemos de que somos nuestro nombre, nuestra profesión, dónde vivimos pero nuestra esencia es muchísimo más que eso. Con el yoga puedes tomar el control de tu mente”.
De origen argentino y padres ingleses ha vivido en varios países. Fue corresponsal de guerra durante 25 años y practica yoga a partir de 1993. Más tarde, al terminar la clase de yoga explica su interés en llevar el yoga a los penales. “Es una técnica que te puede dar libertad interna. Como especialista en adicciones me he dado cuenta de que el yoga es excelente y en mi consultorio la utilizo. Felipe Cueva es uno de los internos que aprendió yoga aquí, ahora, da clases fuera y me interesa recaudar fondos en este programa para poder certificar a los presos como maestros de yoga”.
Ann ha dado conferencias acerca de este tema en diversas partes del mundo. “El yoga es poco utilizado en América Latina, en los Estados Unidos lo están implementado en diversas cárceles. Es un recurso que genera radiotransmisores y da una sensación de bienestar”.
Hace cinco años ella habló con Miguel Ángel Calvo, director en esa época, y ahora director técnico quien fue el apoyo principal para este proyecto. “Al ser la yoga una medida para curar las adicciones puede resultar una herramienta para la reinserción del preso. No únicamente se utiliza para curar, si no incluso proporciona una forma de vida y con una terapia psicológica puede ser una herramienta complementaria para la readaptación”. Ella nos habla del cambio que ha visto en muchos de ellos. “La mayoría de ellos sufre de insomnio, stress y ansiedad, con el tiempo han podido controlar esa emociones”.
Para Miguel Ángel Calvo es importante que el preso participe en la educación formal o en las actividades extracurriculares. “Al principio, cuando propusimos el tema las autoridades me preguntaron si estaba seguro. ¿No es gente rara? Y es que este tipo de prácticas orientales se miraban con recelo. En el yoga comenzaron tres y cuatro personas. Hoy tenemos registrados a más de setenta personas”.
Los presos
Aunque no hay estadísticas acerca de los efectos del yoga en este penal y es difícil medir los grados de violencia, si hay disminución o no debido a la fluctuación de la población, tenemos algunos testimonios.
Rómulo Acosta Nájera. 57 años, 4 hijos. Delito: Violación y homicidio. Interno: 14 años.
“Cuando yo ingresé pensé que era una cosa pues que no conoce uno, pero cuando comencé a trabajar en esto de la yoga sentí una cosa tranquila. Me sentí que yo no estaba preso, que estaba libre y empecé a venir y entre más y más y como que le iba echando ganas. Antes yo no convivía con la familia por eso de los arrojos y todo eso que carga uno a veces. Tenía mucho resentimiento, pero con lo de la yoga me sentí más apoyado. Yo era drogadicto y me pegué a esto pero me sirvió para otra cosa, como para liberar mis sentimientos. Porque cuando yo ingresé sentí aquel coraje porque no podía ayudarle a mi familia. Yo era muy desesperado y después sentí tranquilidad…Ahora ya hasta corrijo todas las palabras que digo”.
Freddy Días Arista. Delito: contra la salud. 6 años de prisión, le quedan 4.
“Son muchos los beneficios, pero ha llegado en mi persona una liberación a las cosas materiales. Las personas que me conocen dicen que ha aumentado mi espíritu altruista y ya no me encierro con eso de que soy rudo y hago y desahogo. Con el yoga me he encontrado con los seres humanos. Lo bueno que he aprendido en la cárcel fue la yoga. Ahora participo en los talleres de escritores, de danza. Allá afuera yo no hacía nada y aquí estoy absorbiendo cultura. Recuerdo que la primera clase de yoga Ann me dijo traigo la llave y yo pensé en: la llave para irme de aquí y ahora espero devolver todo lo que me han dado”.
Ignacio Carpinteiro Galván. Delito: violación y homicidio. Lleva13 años. Sentencia de 40 años.
“La yoga me ha ayudado para quitarme la coraza. Ahora participo en talleres de danza y escritura y pues yo soy el típico chavo banda que se mete en problemas de drogadicción. El yoga lo conocí porque vengo de un proyecto de rehabilitación de las drogas. En cuanto a las adicciones las he dejado e inclusive hace un mes estuve en el castigo, pero yo no había estado castigado desde qué comencé con la yoga, hace 5 años, pero ahora fue diferente porque esta vez fue como si me jalaran y empezara a ver otras ondas. Ahora leo mucha literatura de la India: el Ramayana, Mahabaratá, Bhagavad Gita y sobre la filosofía. Esto es como si contraatacara toda la violencia que llevo”.
José David Ramírez Nieto. Delito: Violación hace 4 años, se le dictó sentencia, en amparo.
“Cuando llegamos aquí me tocó trabajar en el campo y yo veía a la clase de yoga hasta que decidí participar hace tres años. Esto me ha ayudado a conocerme a mí mismo, qué actitudes tomar y me ayudó a ser reactivo. Controlo más mis instintos te desapego de todo y una de mis metas es practicar el yoga y llevarla a quienes no lo saben. La adicción no sólo es hacia las drogas si no a todo el consumismo y, a través del yoga, se puede controlar los instintos, el pensamiento y vivir feliz. Se puede prevenir el delito ya que uno es más consecuente de los actos y poco a poco el pensamiento va cambiando. Con la mirada le podemos decir a todo el mundo que los estimamos”.
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Sara Olivia Parra Téllez, Subdirectora de Readaptación Social en el estado de Morelos afirma: “El artículo 18 constitucional marca los componentes de la readaptación social, ahora reinserción social. Se elevaron a garantía constitucional el deporte y la cultura. Sí se manejaban pero no eran una garantía constitucional. Ahora se destaca el deporte como una cantidad importante para lograr la reinserción del sentenciado.” Para ella, la cultura y el deporte son medios importantes porque a partir de la práctica de éstos han observado un desarrollo personal en los reclusos quienes mejoran su calidad de vida, reducen el stress, elevan su autoestima y seguridad y, pueden desarrollar habilidades que ellos desconocían. “Sí, creemos que el deporte es fundamental”.
La llave
Para Ann, la práctica del yoga es una herramienta para evitar las adicciones.
Hay dos reclusos que practican yoga los miércoles: Freddy e Ignacio. Todas las personas que entrevistamos afirman que su vida ha cambiado, tal vez, el yoga les ha abierto otro camino, pero eso lo dirá el tiempo.
Recuadros:
-En varias de las cárceles de los Estados Unidos se practica yoga.
-La meditación Vipassana se ha introducido en varias de las cárceles de alta seguridad de la India.
-El proyecto de Ann Moxey consiste en llevar el yoga a varios de los penales de la República Mexicana. Ella practica yoga Anusara; la de apertura de corazón que especialmente habla del fluir y trabaja en tres etapas, pero los instructores tienen diversas prácticas. Este programa consiste en llevar el yoga a los penales y crear un programa para certificarlos como instructores de yoga, por lo que ella solicita fondos para esto.
El artículo 18 constitucional fue reformado mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008.
ARTICULO 18. Segundo párrafo
El sistema penitenciario se organizara sobre la base del trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte como medios para lograr la reinserción del sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir, observando los beneficios que para él prevé la ley.
"Presos en libertad", artículo publicado en la revista Día 7 el domingo 3 de agosto del 2008.
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