El blog de la Fundación Parinaama, creada por la maestra de yoga Ann Moxey quien enseña el Yoga de la Libertad a través de talleres y el entrenamiento de maestros de Parinaama Yoga, el yoga de la transformación. Yoga que ha sido compartido en distintos penales de Latinoamérica desde el año 2003.
Pay Pal Ann Moxey Para cubrir talleres en Argentina, recuerden si los talleres se pagan usando Pay Pal añadir 20% más al precio final.
Este enlace también sirve para hacer donaciones a Fundación Parinaama.
Si el enlace no funciona haz clic en cualquiera de los botones que se encuentran inmediatamente abajo.
Imágenes de internos del penal de Atlacholoaya, Morelos, México practicando Yoga dentro del programa Parinaama-Anusara de Yoga en la prisión, fundado por Ann Moxey quien es la maestra que aparece en muchas de las imágenes. Haz clic en "Enter Gallery" más abajo para ver las fotos.
Más información del proyecto: annmoxey.blogs.com/yogaprisonproject/Fotos: Rocío Rojo
Publicada en el artículo "Presos en libertad" con texto de Tayde Bautista en la revista Día 7, el 3 de agosto de 2008. Puedes leer este artículo aquí
Ann Moxey ha sido invitada como tallerista de Parinaama Yoga (15.3.2016) y ponente (16.3.2016) de la Conferencia de Ibogaína a realizarse en marzo en Tepoztlan, Morelos, México.
Esta conferencia, la primera de su tipo en México, segunda en cualquier lado del mundo, contara con la presencia del Dr. Claudio Naranjo, uno de los primeros psiquiatras latinoamericanos en utilizar Ibogaína en sus pacientes.
La Ibogaína es la corteza de una raíz que crece únicamente en el Congo y cuya utilización tiene el efecto de cortar el síndrome de abstinencia de adicciones tan fuertes como pueden ser las de heroína, crack, alcohol o tabaquismo. Liberando así al dependiente para que pueda rehacer su vida.
Este poderoso alucinógeno esta prohibido en EEUU principalmente por las implicaciones que tendría su uso sobre el nutrido negocio de las clínicas de rehabilitación, terapeutas especialistas en adicciones y múltiples intereses de la farmacología que giran alrededor de las drogas y los drogadictos en ese país.
El estado de Morelos será sede de una de las conferencias mas interesantes que se hayan organizado en los últimos tiempos en México.
A continuación compartimos el discurso completo que el Papa Francisco dio el pasado miércoles 17 de febrero en el Centro de Readaptación Social (Cereso) número 3 de Ciudad Juárez, Chihuahua, México:
(Al final del discurso encontrarán una inserción del video del discurso).
Queridos hermanos y hermanas
Le agradezco su presencia
Estoy concluyendo mi visita a México y no quería irme sin venir a saludarlos, sin celebrar el Jubileo de la Misericordia con ustedes.
Agradezco de corazón las palabras de saludo que me han dirigido, en las que manifiestan tantas esperanzas y aspiraciones, como también tantos dolores, temores e interrogantes.
En el viaje a África, en la ciudad de Bangui, pude abrir la primera puerta de la misericordia para el mundo entero. De este jubileo porque la primera puerta de la misericordia la abrió nuestro Padre Dios con su Hijo Jesús. Hoy, junto a ustedes y con ustedes, quiero reafirmar una vez más la confianza a la que Jesús nos impulsa: la misericordia que abraza a todos y en todos los rincones de la tierra. No hay espacio donde su misericordia no pueda llegar, no hay espacio ni persona a la que no pueda tocar.
Celebrar el Jubileo de la Misericordia con ustedes es recordar el camino urgente que debemos tomar para romper los círculos de la violencia y de la delincuencia. Ya tenemos varias décadas perdidas pensando y creyendo que todo se resuelve aislando, apartando, encarcelando, sacándonos los problemas de encima, creyendo que estas medidas solucionan verdaderamente los problemas. Nos hemos olvidado de concentrarnos en lo que realmente debe ser nuestra verdadera preocupación: la vida de las personas; sus vidas, las de sus familias, las de aquellos que también han sufrido a causa de este círculo de violencia.La misericordia divina nos recuerda que las cárceles son un síntoma de cómo estamos en la sociedad, son un síntoma en muchos casos de silencios, de omisiones que han provocado una cultura del descarte. Son un síntoma de una cultura que ha dejado de apostar por la vida; de una sociedad que poco a poco ha ido abandonando a sus hijos.
La misericordia nos recuerda que la reinserción no comienza acá en estas paredes; sino que comienza antes, comienza «afuera», en las calles de la ciudad. La reinserción o rehabilitación, -como le llamen- comienza creando un sistema que podríamos llamarlo de salud social, es decir, una sociedad que busque no enfermar contaminando las relaciones en el barrio, en las escuelas, en las plazas, en las calles, en los hogares, en todo el espectro social. Un sistema de salud social que procure generar una cultura que actúe y busque prevenir aquellas situaciones, aquellos caminos que terminan lastimando y deteriorando el tejido social.
A veces pareciera que las cárceles se proponen incapacitar a las personas a seguir cometiendo delitos más que promover los procesos de reinserción que permitan atender los problemas sociales, psicológicos y familiares que llevaron a una persona a una determinada actitud. El problema de la seguridad no se agota solamente encarcelando, sino que es un llamado a intervenir afrontando las causas estructurales y culturales de la inseguridad, que afectan a todo el entramado social.
La preocupación de Jesús por atender a los hambrientos, a los sedientos, a los sin techo o a los presos (Mt 25,34-40) era para expresar las entrañas de la misericordia del Padre, que se vuelve un imperativo moral para toda sociedad que desea tener las condiciones necesarias para una mejor convivencia. En la capacidad que tenga una sociedad de incluir a sus pobres, a sus enfermos o a sus presos está la posibilidad de que ellos puedan sanar sus heridas y ser constructores de una buena convivencia. La reinserción social comienza insertando a todos nuestros hijos en las escuelas, y a sus familias en trabajos dignos, generando espacios públicos de esparcimiento y recreación, habilitando instancias de participación ciudadana, servicios sanitarios, acceso a los servicios básicos, por nombrar solamente algunas medidas. Ahí empieza todo proceso de reinserción.
Celebrar el Jubileo de la misericordia con ustedes es aprender a no quedar presos del pasado, del ayer. Es aprender a abrir la puerta al futuro, al mañana; es creer que las cosas pueden ser diferentes. Celebrar el Jubileo de la Misericordia con ustedes es invitarlos a levantar la cabeza y a trabajar para ganar ese espacio de libertad anhelado.
Celebrar el Jubileo de la Misericordia con ustedes es repetir esa frase que escuchamos recién tan bien dicha y con tanta fuerza: Cuando me dieron mi sentencia alguien me dijo no te preguntes por qué estás aquí sino para qué y que este para qué nos lleve adelante, y este para qué nos haga ir saltando las vallas de ese engaño social que cree que la seguridad y el orden solamente se logra encarcelando. Sabemos que no se puede volver atrás, sabemos que lo realizado, realizado está; por eso he querido celebrar con ustedes el Jubileo de la Misericordia, para que quede en claro que eso no quiere decir que no haya una posibilidad de escribir una nueva historia, una nueva historia hacia delante, “para qué”. Ustedes sufren el dolor de la caída, y ojalá que todos nosotros suframos el dolor de las caídas escondidas y tapadas, sienten el arrepentimiento de sus actos y sé que, en tantos casos, entre grandes limitaciones, buscan rehacer esa vida desde la soledad. Han conocido la fuerza del dolor y del pecado, no se olviden que también tienen a su alcance la fuerza de la resurrección, la fuerza de la misericordia divina que hace nuevas todas las cosas. Ahora les puede tocar la parte más dura, más difícil, pero que posiblemente sea la que más fruto genere, luchen desde acá adentro por revertir las situaciones que generan más exclusión. Hablen con los suyos, cuenten su experiencia, ayuden a frenar el círculo de la violencia y la exclusión. Quien ha sufrido el dolor al máximo, y que podríamos decir «experimentó el infierno», puede volverse un profeta en la sociedad. Trabajen para que esta sociedad que usa y tira a la gente no siga cobrándose víctimas.
Al decirles estas cosas un recuerdo de Jesús “el que esté sin pecado que tire la primera piedra”. Al decirles estas cosas no lo hago como quien da cátedra, con el dedo en alto, lo hago desde la experiencia de mis propias heridas, de errores y pecados que el Señor quiso perdonar y reeducar. Lo hago desde la conciencia de que sin su gracia y mi vigilancia podría volver a repetirlos. Hermanos, siempre me pregunto al entrar en una cárcel por qué ellos y no yo?. Y es un misterio de la misericordia divina, pero esa misericordia divina hoy la estamos celebrando todos mirando hacia adelante en esperanza.
Quisiera también alentar al personal que trabaja en este Centro u otros similares: a los dirigentes, a los agentes de la Policía penitenciaria, a todos los que realizan cualquier tipo de asistencia en este Centro. Y agradezco el esfuerzo de los capellanes, las personas consagradas y los laicos que se dedican a mantener viva la esperanza del Evangelio de la Misericordia en este reclusorio, los pastores, todos aquellos que se acercan a darles la palabra de Dios. Todos ustedes, no se olviden, pueden ser signos de la entrañas del Padre. Nos necesitamos unos a otros, nos decía nuestra hermana recién recordando la carta a los Hebreos, siéntanse encarcelados con ellos.
Antes de darles la bendición me gustaría que oráramos en silencio todos juntos. Cada uno sabe lo que le va a decir al Señor, cada uno sabe de qué pedir perdón, pero también les pido a ustedes que en esta oración de silencio agrandemos el corazón para poder perdonar a la sociedad que no supo ayudarnos y que tantas veces nos empujó a los errores. Que cada uno pida a Dios, desde la intimidad del corazón, que nos ayude a creer en su misericordia. Oramos en silencio.
Y abrimos nuestro corazón para recibir la bendición del Señor. Que el Señor los bendiga y los proteja, haga brillar su rostro sobre ustedes y les muestre su gracia, les descubra su rostro y les conceda paz. Amén.
Y les pido que no se olviden de rezar por mí. Gracias.
Hoy 17 de julio de 2015 fue el primer día de grabación del Canal 3 de TV de Morelos de los beneficios del Entrenamiento de Maestros de Yoga dentro del Penal Varonil de Atlacholoaya, Morelos, México.
Es la primera vez a nivel internacional que se concluye exitosamente un entrenamiento de 200 horas para maestros de yoga adentro de un penal. Momentos muy emotivos cuando se entregaron las constancias a los doce maestros internos. Contamos con el apoyo de toda la plana mayor de las Autoridades del Penal y con las palabras muy atinadas y sentidas de nada menos que el Coordinador Estatal de Penales, el Dr. Lucio Hernandez.
Mi agradecimiento personal a todos los maestros que me apoyaron durante los años del entrenamiento, Maestros del Centro de Yoga Iyengar, el Centro Kiai, Yoga Ser y otros maestros que han apoyado el Proyecto de Yoga en Penales de Parinaama Yoga, incluyendo entre otros a Emiliano Olvera y Marisa Perez.
Las donaciones de libros recibidas de Siddha Yoga (El Yoga de la Disciplina), el Centro Iyengar de Lomas de la Ciudad de Mexico (Luz sobre el Yoga) y de Martin Kirk de Estados Unidos (Hatha Yoga Illustrated) fueron especialmente útiles durante este entrenamiento.
Lo más emotivo hoy fue escuchar al interno Angelito, que se lamenta por estar a punto de salir libre, pues ¡se perderá las clases de yoga dentro del penal!
El plan de filmación del Canal 3 incluye las clases de los mismos maestros internos adentro del penal, de algunos maestros y maestras ex internas que regresan a compartir las enseñanzas con sus ex compañeros, y las clases gratuitas que ofrece la Fundación Parinaama en el parque Acapatzingo el segundo domingo de cada mes. Seguramente aprenderemos mucho de los testimonios que se documenten.
Recent Comments